Como colofón de las actividades programadas por la Peña El Quejío para la primavera de 2024, la noche del viernes 31 de mayo se celebró el XXXIX Festival de Cante Flamenco Ciudad de Toledo con motivo del Corpus. Para ello, la plaza del Ayuntamiento de Toledo, con la catedral como testigo de excepción, se engalanó, tanto material como inmaterialmente, para recibir una gran manifestación de arte flamenco que tantos años lleva acogiendo. Esta noche, puede decirse sin equivocación, estuvieron representados los palos más importantes, y algunos que aunque no lo parezcan también lo son, del acervo flamenco. Y qué representación tuvieron.
Difícil es adjetivar una noche tan completa; pienso que la gloria debe ser algo parecido a estar más de dos horas asistiendo a un evento que rozó lo sublime gracias a las voces de Juan Pinilla, Jeromo Segura, Josué Segura y Teresa Hernández; al baile de María Canea y a las guitarras de Juan Ignacio González, Álvaro Mora y Ángel Flores. Todos ellos son grandes profesionales y, algo que no debería pasarnos por alto, especialmente a los muy aficionados, es la versatilidad del artista, y sinceramente, en los aquí nombrados se da con riqueza y rigor.
No nos olvidemos del público que abarrotaba la plaza; sin él no sería posible el éxito porque, aunque sea una frase manida, saber escuchar y respetar es un arte tan importante como cantar, bailar o tocar. Quiero destacar que sin un buen equipo de sonido y buenos técnicos sería una quimera nuestro gran festival y eso estuvo a la altura de las circunstancias.
Desde estas líneas, agradecer al Ayuntamiento que siga confiando en nuestra Peña para un evento que el próximo año será el número cuarenta. Deberíamos tenerlo muy en cuenta y, si es posible, celebrarlo por todo lo alto.
Sin decir nombres, porque ellas saben quiénes son, agradecer a las personas que han hecho posible que una vez más nuestro festival haya sido un éxito rotundo. A partir de esta fecha cesan las actividades de la Peña y se cierra, salvo excepciones, hasta el mes de septiembre, cuando comenzaremos a preparar la programación de otoño.
Letras de Seguirilla
Pensando en tus caricias me paso la vida,
aunque fueron chiquititas me dejaron la llama encendida.
Qué cosa tan grande es vivir en libertad,
las cadenas vengan de donde vengan malditas serán.
De los pobres esclavos son la sujeción
y aunque fuesen de oro, las cadenas son su maldición.
En la Audiencia de Toledo condenaron sin piedad,
a un pobre que pedía una limosnita junto a la catedral.
En las puertas del Congreso no se puede mendigar,
pero robar a manos llenas pueden desde la Casa Real.
Tenga piedad Señor Juez, al niño no condenar,
porque muertito de hambre robó un canterito de pan.
Vuestro amigo, Juan
