Anoche, la Peña Flamenca El Quejío de Toledo vivió una de esas veladas que se quedan grabadas en la memoria de los buenos aficionados. Laura Reyes, cantaora de tan solo 18 años y alumna del Conservatorio Arturo Soria de Madrid, acompañada por el joven guitarrista Javi Pérez, ofreció un recital que fue, en todos los sentidos, una revelación.
Con una voz sorprendentemente madura y una afinación impecable, Laura Reyes demostró por qué su nombre comienza a sonar con fuerza en el circuito flamenco. Pese a llevar solo tres años dedicándose al cante —tras formarse inicialmente en el conservatorio como fagotista—, su dominio del compás, la colocación de la voz y la sensibilidad con la que abordó cada palo hicieron vibrar al público.
La noche arrancó con fandangos de Huelva, y a partir de ahí se desplegó un repertorio tan exigente como emocionante: granaína, tangos, soleá de Triana, cantiñas, malagueña y unas bulerías de la Niña de los Peines que encendieron los olés entre el respetable. Como colofón, un fandango de Manolo Caracol que fue pura entrega.
Javi Pérez, también alumno del Conservatorio Arturo Soria, supo acompañar con sobriedad, precisión y duende, realzando cada matiz del cante de Laura sin caer en protagonismos innecesarios. El tándem que forman promete.
No es casualidad que Laura Reyes forme parte de la gira actual de Ángeles Toledano: su potencial es inmenso. Anoche en Toledo lo dejó claro. Y esto, seguro, es solo el principio.