El otoño toledano se vistió de arte y emoción con la celebración del festival de la peña El Quejío, un evento que se llevó a cabo en el auditorio del antiguo IES Juanelo Turriano, en el corazón del barrio del Polígono. Un público entusiasta llenó el espacio para disfrutar de una noche única dedicada al flamenco, donde los artistas ofrecieron un espectáculo inolvidable.
La velada comenzó con la imponente presencia de Gregorio Moya y Paco Cortés, quienes ofrecieron un repertorio cargado de las más puras tradiciones del flamenco. El cante de Moya, originario de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), vibró con la fuerza de la Malagueña, la Granaína, la Soleá, las Alegrías y los Fandangos. Moya, quien fue finalista en el Concurso Internacional de Cante de las Minas en 2024, demostró el dominio y la emoción que lo han colocado en la cúspide del cante flamenco. Además, en 2023 lanzó su primer disco No duerme nadie, un homenaje al maestro Enrique Morente, lo que marca un hito en su carrera.
Acompañado por el guitarrista Paco Cortés, otro de los grandes del flamenco, la noche cobró una dimensión aún más especial. Cortés, quien ha acompañado a leyendas del flamenco como Mario Maya, Enrique Morente y Carmen Linares, mostró su virtuosismo y su capacidad para emocionar con su guitarra, una herramienta esencial para dar vida al flamenco más puro.
Pero la magia no terminó ahí. El cuadro flamenco, encabezado por la bailaora Lisiane Sfair, puso al público en pie en varias ocasiones. Lisiane, quien comenzó su formación en flamenco a los siete años en 1998, demostró por qué es una de las artistas más destacadas de la escena actual. Con su arte, interpretó piezas como La Caña, Tarantos, Fandangos de Huelva y Alegrías, llevando al público a una experiencia vibrante y llena de emoción. Sfair, además de ser una bailaora de renombre, es la directora general del Centro Cultural Flamenco de Madrid y ha sido parte de importantes ciclos flamencos de la capital como Veranos de la Villa y Suma Flamenca.
La calidad de las actuaciones de Moya, Cortés y Sfair dejó claro por qué el festival de otoño de la Peña El Quejío se ha consolidado como uno de los eventos más destacados de la ciudad. Un homenaje al flamenco en su estado más puro, donde la tradición y la innovación se dan la mano para regalar al público una noche llena de arte, pasión y recuerdos imborrables.
